martes, 21 de agosto de 2007

Esto huele a ruina

Las aguas bajan revueltas en el Real Madrid. La primera crisis ya ha estallado.

Creía la afición del Madrid que con la marcha de Capello –el técnico que les había dado una Liga exenta de buen fútbol– y la llegada de Bernd Schuster las cosas iban a cambiar. Pensaban que, por fin, el espectáculo regresaría al Bernabéu. Por eso, el domingo cuando el Sevilla marcó el quinto les hizo daño. Vieron que nada había cambiado. O lo que es peor, que ahora jugaban mal pero encima perdían por goleada.

La derrota ante el Sevilla no fue una casualidad. El Madrid ha vuelto a hacer las cosas tarde y mal. Al igual que hicieron con Capello, a Schuster le prometieron jugadores que sabían que no podían traer. Calderón se ha pasado todo el verano asegurando que Kaká acabará vistiendo de blanco, soñando con un Cesc que se ha cansado de repetir que quiere continuar en el Arsenal y tonteando con Iniesta, cuando el manchego desea seguir vistiendo de azulgrana.

Pero al margen de no poder contar con los jugadores que quería, tampoco parece que Schuster esté muy centrado. El Madrid sigue sin saber a qué quiere jugar y con qué sistema hacerlo.

Además, ya se ha enfrentado a los medios de comunicación. Tras el duelo contra el Sevilla se encaró contra quienes le cuestionaban la suplencia de Guti. “Yo entiendo que en muchos momentos, no nos podemos meter en la misma altura (técnico y periodistas). Yo no me puedo meter en su altura, ¿por qué ustedes se meten en la mía?”, dijo.

El alemán está nervioso. El equipo está lejos de ofrecer su mejor imagen y la sombra de Capello es cada vez más alargada.

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